Y vencieron la muerte
pues siguen en boca de todos,
ustedes, mis admirados héroes.
Ustedes apaciguaron
la llama de la opresión,
asesina depredadora de los humildes.
Son ustedes, luciérnagas,
guías entre la penumbra
con su luz de revolución, lucha y valor.
Y aunque no soy nadie
seguiré el rastro utópico;
legado de todos.
Desean ustedes, héroes,
comparta mi compromiso,
pero ésta oscuridad forjó
oídos sordos a la petición de armonía.
Pueblo, sé cuanto anhelas
levantar tu voz ante la sutil dominación
del poderoso,
al igual lo hicieron ustedes,
mis admirados héroes.
La última tentación
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Ha finalizado la Semana Santa Católica, que este año coincidió con la
pascua de la Iglesia Ortodoxa, cosa que usualmente no sucede pues por lo
general esta...
Hace 10 años
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